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Bienvenidos a mi blog de literatura. Todos los personajes de los respectivos fanfics pertenecen a sus respectivos autores y yo solo los tomo prestados, a excepción de los originales creados por mi. Espero disfruten leyéndolo tanto como yo lo estoy haciendo cuando lo escribo. Por favor, no se olviden de comentar las entradas! Gracias!

sábado, 12 de noviembre de 2011

P.L: Propiedad

Las cadenas me apretaban las muñecas. La piel se abre bajo sus uñas. Sangro, otra vez...

-Oh...Que dulce sabe tu sangre.- Sonríe ampliamente y siento mucho miedo.-A diferencia de ti, que pareces de hiel, áspera y frígida.

La mordaza mee impide hablar, lloro, las mejillas me arden, siento que me queman. Su lengua se posa sobre una de ellas y la lame, provocándome un escalofrío.

-Pero no puedes seguir así...-Sus labios se posan en mi oreja y la acarician- Los clientes están descontentos.

Muerde y cierro los ojos, abre la carne con sus dientes, sangra y siento que me la va a arrancar de cuajo de un momento a otro.

-No puedes ir mordiendo pollas...-Me coge de la barbilla y aprieta.-Vamos...no seas mala...mírame a los ojos.-

Me acaricia la mejilla con un dedo, dejando con la uña un surco de color rojo oscuro. Abro los ojos, no veo bien, las gafas hace tiempo que han caido de mi nariz.

-Eso es...-Me aprieta la mandíbula, acercándose más.-Si sigues luchando de esta manera...tendré que matarte...y no quiero hacerlo...-

Me remuevo un poco, quiero huir, gritar y llorar. Tengo mucho miedo.

-Tengo que castigarte...¿No crees?-Sonríe ampliamente-¿Te parece bien?

Espera unos minutos y me suelta, cojo aire por la nariz, siento que me ahogo...me gustaría ahogarme.

-Sabía que no te ibas a negar...-Sonríe más, como si sus mejillas fueran a desquebrajarse. Las cadenas tiran más de mis brazos y estos crujen, duele, siento que se van a salir de su sitio y me agito-Um...¿Qué castigo podría imponerte?

Si buscaba meterme el miedo en el cuerpo lo ha conseguido. Lloro y lucho todavía más, quiero salir de ahí. Las cadenas se estiran, creo que me van a arrancar los brazos

El cuchillo me acaricia la espalda y sin compasión se adentra en mi carne, mi piel cede ante el filo, lloro. Hace curvas, rectas, una figura que no se puede borrar, grito aunque queda ahogado en la mordaza, la sangre recorre mi piel y cae al suelo. Él ríe.

-Tenía que haberte marcado nada más llegar... pero... creo que marcarte a fuego no sería suficiente, eres más fuerte que eso-Siento calor, un calor que se aacerca a mi piel y justo después, dolor... mucho dolor, me quema, me retuerzo... intento gritar- Creo que quemarte la herida que te acabo de hacer es más bonito.

Quiero morir...por favor...que alguien me mate...

Cierro fuertemente los ojos, las cadenas me presionan las muñecas y evitan que caiga al suelo, las cadenas estiran más y llega un punto en que quedo colgada en el aire.

Una vara de bambú se estampa en mis nalgas, la saliva cae por mi barbilla, solo yo escucho mis gritos.

Hasta que mis nalgas y muslos quedan rojos, arden y escuecen, la piel se ha abierto, las heridas anteriores no terminan de cicatrizar. Huele a sangre, a mi sangre.

Lloro, no puedo evitarlo, ahora mismo me lanzaría a sus pies y suplicaría, no se por qué suplicar, si porque aquello acabara o porque me matase.
Me eleva las piernas clavando los dedos en mis heridas, que sangran, lloro más. Él ríe.

-Creo...¿No queda claro que eres exclusivamente mía y puedo hacer lo que quiera contigo? Que nadie te quiere más que yo...

Agacho la mirada...humillada...siento...que tiene razón...

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