Sus pasos resonaban en el oscuro pasillo. A sus enemigos aquel sondio les hacía temblar, se acercaba con lentitud pero no por ello bajarían la guardia. Se miraban entre sí esperando el movimiento de algún aventurado que se enfrentara con semejante monstruo pero ninguno se movió. Las antorchas se apagaron en su susurro y la sombra se proyectó contra la pared. Ante sus ojos cayeron lentamente los cuerpos desangrados a un gesto de su agresor.
Estaba aturdido y decidió abalanzarse contra la criatura demoníaca que les perseguía, levantó su lanza y se encontró con una niña que le miraba con inocencia... aquel rostro dulce de ojos rojos fue lo último que vio, aquella criatura...era el monstruo... y nadie...lo había sospechado.
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