Iba con prisa, pero, aún así, me paré frente a una tienda de segunda mano. En el escaparate, algo sucio por el polvo acumulado, había entre otras cosas, libros, zapatillas y juguetes estropeados. Sin embargo, de entre toda aquella basura, algo me llamó la atención. Me pegué al cristal agudizando la vista para poder leer la etiqueta de una caja desgastada, con la cerradura oxidada y aire nostálgico. Entre el polvo y la suciedad las letras se volvieron legibles:
"Se vende futuro, nunca usado"
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