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Bienvenidos a mi blog de literatura. Todos los personajes de los respectivos fanfics pertenecen a sus respectivos autores y yo solo los tomo prestados, a excepción de los originales creados por mi. Espero disfruten leyéndolo tanto como yo lo estoy haciendo cuando lo escribo. Por favor, no se olviden de comentar las entradas! Gracias!
martes, 30 de julio de 2013
La vida como confrontación
En sí, la vida se trata de una confrontación continua entre contendientes desiguales.
Sea como fuere, el empate, tal y como lo entendemos, el quedar en tablas, no existe. Solamente existen vencedores y vencidos. Uno puede ser más fuerte, mas listo, mas elocuente...pero siempre habrá una variante que lo deje desvalido. En un hecho, todos tenemos un punto débil.
Por regla general, cuando el inevitable conflicto estalla, recurrimos a esa pequeña utopía a la que comúnmente denominamos justicia. Pero, la justicia, esa dama diminuta representada con túnica romana, con la espada, la libra y cuyos ojos están vendados-en teoría para representar imparcialidad- es sólo eso: Una realidad utópica que nunca se amoldará a los ideales que el hombre implanta en ella.
¿Por qué? ¿Por qué la justicia es un concepto ilusorio que no nos satisface? Simplemente, porque el ser humano le añade cualidades irreales:
Algo es justo si se ajusto a las creencias y querencias del ser humano que lo pide pero, del mismo modo, es injusto para aquél cuyas ideas giren en sentido contrario.
Por ello se puede decir que la Justicia está muerta y nos han escondido su cadáver.
Siguen hablando de la imparcialidad cuando uno mismo es incapaz de entender el concepto de neutralidad, no porque el ser humano no piense o no tenga la capacidad de hacerlo. No, simplemente le resulta más cómodo implantar sus propias creencias frente a las nuevas tendencias que buscan moldear su pensamiento.
Éste arraigo lo único que trae consigo es una carencia tal de argumentos, que terminamos por construir sobre un terreno de nubes una razón que no existe.
Razón de más para la confrontación. Por ello, el ser humano se aleja cada vez más de la realidad objetiva del mundo que le rodeo, pues vive encerrado en su propia realidad en la que cada uno es su propio centro, en mayor o menor grado, todos somos nuestro propio "ombligo" y es en eso en lo que reside la justicia: En lo que es justo para nuestro propio ombligo.
Se confirma, finalmente, lo expuesto en un principio: Una confrontación eterna entre individuos que, incapaces de aunarse, o, irónicamente, tolerarse si quiera, prefieren armarse de mentiras, espadas y gritos para enzarzarse en una lucha sobre lo que ellos denominan justicia que, lejos de solucionar nada, alimentan el círculo vicioso de la confrontación.
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