Ahora sí, puedo corroborar joven ama que es cruel, muy muy cruel. ¿No tienen en cuenta mis sentimientos? Espera… los demonios no tenemos sentimientos… pero el caso reside en que a nadie le gusta que su comida esté expuesta a que otro juegue con ella. Pero no puedo negarme, me ha dado una orden. ¿Pero por qué él, joven ama? Cualquier otro me hubiese importado menos pero él no. Sería más fácil si deseara cosas comunes pero no, usted siempre tiene que conseguir lo que desea.
¡Oh! Algo se mueve, me has visto ¿No, Sebastián? Pronto siento la fina plata sobre mi cuello. Sabes que así no me matarás, soy un demonio como tú ¿Recuerdas? Sólo quieres avisarme, pero ¿De qué? ¿Imaginas mis intenciones?
“Me temo que debo pedirte que te vayas”
Me susurras al oído, eso se siente placentero, es un sonido sensual e incitador. Siento mi piel ceder ante el cuchillo, mi sangre hierve y recorre mi cuello manchando mi camisa blanca.
“Lo siento pero no me iré hasta cumplir mi objetivo”
No parece que te sorprenda que te coja la muñeca delicadamente y la retuerza, no sueltas el cuchillo pero eso no era tampoco mi intención, quería liberarme. Tomar las riendas de la situación.
“No tienes nada que hacer aquí”
Realmente eres ingenuo. Río y me miras desconcertado. Tampoco te atreves a dejarme continuar, el cuchillo de plata impacta contra mi frente, clavándose y desgarrándome la carne. Eso ha sido inesperado. Deslizo el cubierto lentamente y la sangre cae por mi rostro
“Qué descortés”
La plata está afilada, muy afilada. Está dispuesta a cercenar todo aquello que se le ponga delante. Los afilas a conciencia ¿Verdad?
Juego con el cuchillo manchado de rojo, de mi sangre que ya ha comenzado a coagular.
“Ya te he perdido amablemente que te marches”
¡Qué sonrisa tan falsa! ¡Tan digna de un demonio de tu categoría! Paso mis blancos guantes por el filo del cuchillo, tiñéndolos de carmín.
“Y yo ya te he contestado que me iré una vez termine mi tarea”
Pareces furioso, deberías aprender a relajarte Sebastián. Veo el cuchillo a pocos centímetros de mi cara, eres rápido, a penas puedo esquivarlo. Tomo tu muñeca y nuestros rostros se acercan peligrosamente
“No dejaré que toques a mi maestro”
Tiro de ti, resultas muy divertido, Sebastián. Retuerzo tu brazo y siento tus huesos crujir. Tu pecho choca contra el tronco del gran árbol y me pego a ti, inmovilizándote, ahora es tu cuello el que se mancha con mi sangre, con la plata de tu propia cubertería. Me acerco, buscando tu oído.
“No me interesa su alma, Sebastián”
Parece que te sorprender y yo clavo el cuchillo en tu piel. Estoy enfadado, muy enfadado. Me encantaría matarte, descuartizarte en cubitos pequeños pero para mi desgracia lo tengo prohibido. Tu sangre fluye. Y yo paso mi lengua por ella, es amarga, como tu. Repugnante.
“A quien he venido a buscar... es a ti”
------------------------------------------------
Un minuto de silencio por mi inocencia que murió ayer noche.xDDDD
"Retuerzo tu brazo y siento brazo y siento tus huesos crujir."
ResponderEliminarla primera vez que veo un problema en la narracion
pero bueh, el resto tuvo bueno~