Las noches suelen ser oscuras, tenebrosas, imponen miedo, pero sin embargo pese a que había tormenta ella no estaba asustada.
Caminaba lentamente por un callejón vacío, los ruidos extraños nocturnos la envolvían y los fantasmas revoloteaban a su alrededor, sin embargo ella no tenía miedo.
Seguía caminando bajo la lluvia sin a penas ver más allá de dos metros, sentía una mirada clavarse en su nuca, pero no sentía miedo.
Fue en aquella noche oscura, cuando abrió la puerta de su casa, caminó lentamente por el pasillo y cuando la luz encendió, vio una figura, gritó, por primera vez se asustó, sobre la mesa saltó... y después de todo solo era...un pequeño ratón.
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