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Bienvenidos a mi blog de literatura. Todos los personajes de los respectivos fanfics pertenecen a sus respectivos autores y yo solo los tomo prestados, a excepción de los originales creados por mi. Espero disfruten leyéndolo tanto como yo lo estoy haciendo cuando lo escribo. Por favor, no se olviden de comentar las entradas! Gracias!

lunes, 22 de agosto de 2011

Un sádico comienzo

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Sangre, sangre por todas partes y en cada rincón, la lengua acaricia el filo del cuchillo sin miramientos y saborea el líquido carmesí, manchando sus labios. Sus ojos denotan locura y odio, tanta ira que un ligero temblor se hace presente en su cuerpo, tirita del gozo que le provoca escuchar tantas súplicas juntas, tantos lloros... escupe y coloca la suela de sus zapatos de cuero en la cara del soldado, no le ha golpeado pero el hombre cierra los ojos esperando el impacto, un impacto que no llega. Le empuja suavemente, acariciando con la piel su barbilla hasta que su bota golpea bruscamente su pecho, dejándolo sin respiración.
Ríe y observa su alrededor, deleitándose con las miradas asustadas y las lágrimas, escuchando los llantos y...rezos. Se gira con brusquedad y le toma del cabello, tirando de los finos hilos dorados, haciendo que levante la cara, le observa, fijamente, a través de los grandes cristales que ocultan sus ojos rojizos.

-Si no te callas, voy a tener que cortarte la lengua.-Dijo infantilmente pasando la hoja de la daga por su mejilla, haciendo un ligero corte, marcando hasta la comisura de sus labios.

Le tira bruscamente al suelo y escucha con satisfacción los gritos y las exclamaciones, vuelve a su tarea, al soldado que se levanta tambaleante, y vuelve a golpearle hasta que sus mejillas quedan rojas. Se soba los nudillos y juega con el puñal entre sus manos, levantándolo. Lo examina con detenimiento, cortándose las llemas de los dedos y ríe de nuevo, sólo y únicamente para aventar el filo contra la clavícula del hombre. Se oye un crujido y un grito, retuerce el cuchillo sin sacarlo.

-¿Oyen eso?-Pregunta al aire.-Es el hueso partiéndose.

Es música para sus oídos, aprieta el filo contra la carne y ríe al sentir como el hombro cede, colgando del cuerpo, mientras su portador llora y se retuerce suplicando piedad. Ella niega con un dedo y señala con la punta del arma a los horrorizados espectadores.

-No puedo permitir que esta gente se quede sin saber...-Susurra y coloca la punta del cuchillo bajo su mentón.-El castigo que les atañe a todos los que no obedezcan...-

Le golpea con el mango, haciendo que caiga violentamente al suelo y le pisa el rostro, riendo de nuevo ante la visión, la sangre cae a borbotones por la herida. Da un par de vueltas alrededor del cuerpo, que tirita, entumecido y hunde la punta en la carne viva y sangrante, manchando sus botas de carmín, pero no le importa se adentra en la herida hasta tocar el hueso y presiona, hasta que el punto de apoyo se rompe y oye un nuevo grito.

-Tampoco es para tanto...-Dice separándose un poco para mirar su rostro desencajado.-¿Y tu eres un soldado...? Qué patético.-Se burla.

Se agacha y sin miramientos mete los dedos en la marca del puñal, sintiendo los músculos palpitantes, hasta dar con el hueso, la herida es lo suficientemente grande para abarcar su mano, agarra el pedazo de esqueleto y tira, mientras el hombre se retuerce, ella sonríe al sacarlo y verlo, tirándolo al suelo y pisándolo hasta que simplemente, solo queda un polvo blanquecino.

Le observa mientras se desangra y clava el cuchillo un par de veces en su espalda, recorriendola en todo su largo, marcándolo y terminando con su patética existencia. Vuelve a oír los rezos y gruñe, con molestia volviéndose de nuevo al rubio y tirando de su cabello hasta que lo tira al suelo, con el cuchillo aún empapado en sangre le corta los cabellos y deja que el viento, cargado de cenizas se los lleve. Huele a sangre y fuego.

-Cállate.-Le ordena, golpeando su cuerpo contra el suelo.

Pero sigue rezando y ella se enfurece un poco más, tirando del cabello de la nuca, para que la mire directamente.

-Estoy rezando por tu alma, que ya no tiene salvación.-Responde el monje y ella se ríe en su cara. Repitiendo que guarde silencio, sin obtener resultado.

Lo deja caer con brusquedad y da un vistazo alrededor, haciéndose con uno de los infantes que observan la escena con horror, colocando el cuchillo en su oreja izquierda.

-Cállate o el niño será quién pague tus estúpidos rezos.-

El sonido para, solo el crepitar del fuego, y todos los espectadores contienen la respiración mientras la demoníaca princesa mira con decisión al monje...

To be Continued...

2 comentarios:

  1. Ohh... que bueno =D
    me gusta xD esta chulo =d

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  2. Interesante... no me pronunciaré acerca de lo que leí hasta que vea la continuación.

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