Le miro fijamente ¡Está de broma!, me cruzo de brazos y observo las maletas.
-¡Me estas vacilando, Ezer!- Gritó, y el muy idiota me tiende las maletas.
-Ya puedes pagarte una casa en alquiler.-Contesta con sequedad, gruño.
-¡Sabes bien que no me puedes echar de la noche a la mañana!-Me quejo y oigo su risa clavarse en mis oídos. ¡Maldición! ¡Si es que no sale una a derechas!
-Pero si me he tomado la molestia de buscarte una casa justo al lado del cuartel…-Burlesco, lo decía de esa manera y yo sabía bien porque.
-¡Esa zona no tiene farolas y da miedo!- Un escalofrío me recorre.
-Eres parte del ejercito Ainsworth.-Empezaba a ponerse serio.- ¿No creerás historias de fantasmas, cierto?-
Temblé y me imaginé a mi misma caminando por una calle oscura, agité la cabeza.
-¿Y si sale un asesino?-Pregunto horrorizada a lo que él ríe, yo inflo los carrillos.-
-Eres alquimista nacional, le mandas a volar y listo.-Dice y me empuja hacia fuera.
Me giro a protestar pero cierra la puerta con un “No tardes, el casero te está esperando” Pateo las escaleras y tropiezo cayendo tontamente con las maletas por ellas.
-Mierda…-Me quejo y me levanto, no quiero ir ahí, me da miedo.
Las farolas están apagadas cuando llego, pero eso no es raro en esta tétrica calle. Camino despacio apretando las manos contra las maletas, si alguien se acerca juro que se la estampo. Tiemblo y miro el papel que Lauffer me ha dado-No se merece que le llame por su nombre, estoy enfadada con él- visualizo el número y comienzo a llamar. Una…dos…cinco…diez veces. ¡Pero abridme!
-¡No desesperes!-Una voz conocida al otro lado. Mierda, lo que me faltaba.
Abre la puerta y sí, efectivamente mi oído no me engaña, es él. Roy Mustang.
-Creo que me he equivocado.-Digo simplemente dispuesta a mirar el papel de nuevo y largarme.
-No, no lo hiciste.-Contesta y mi expresión se desencaja.-Te voy a alquilar esta casa, Gun-
-No recuerdo haberle dado tal libertad como para llamarme por mi nombre y encima acortándolo.-Contesto molesta.
Le observo reír suavemente, seductor. Me resulta raro verle sin el uniforme, trago saliva, hace frío pero yo me siento la piel ardiendo. Me he sonrojado.
-¿Te hace sonrojar esa pequeñez?-Sonríe.-Que inocente eres Gundenia…-
Agito la cabeza. Me pone nerviosa.
-No es eso idiota.-Me froto las manos enguantadas, mis dedos están fríos.-Es que hace helada por la noche
Se aparta y yo entro, la calefacción esta puesta y hace calor, me saco la bufanda y la cuelgo de una de las maletas.
-Mañana nos veremos…soldado.-Susurra antes de cerrar la puerta.
No tenia problemas…No… ahora el hombre del que estoy obsesionada viene a ser mi casero… ¡Simplemente mortal!
Divertido, la definición de este capitulo.
ResponderEliminarMuy ligero para digerirlo rapido y desarrollando la relación entre los personajes, me causa algo de extrañeza el cambio... pero bueno, de allí te preguntaré about this.
Ummm... también ya tengo mi debate interno, odio tener eso >_>.
Bueno... eso sería.