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Bienvenidos a mi blog de literatura. Todos los personajes de los respectivos fanfics pertenecen a sus respectivos autores y yo solo los tomo prestados, a excepción de los originales creados por mi. Espero disfruten leyéndolo tanto como yo lo estoy haciendo cuando lo escribo. Por favor, no se olviden de comentar las entradas! Gracias!

martes, 15 de febrero de 2011

Capítulo 9: Situación límite

No entiendo mi mala suerte, Noah. De verdad creo que esto no puede ir a peor. Te estoy esperando, mis manos duelen, se me escurren, nunca antes me había dado cuenta de lo alto que es el Big Ben. La aguja baja y siento vértigo. ¡Noah!

No puedo hablar, el esfuerzo por no soltarme me está dejando muda. Tengo la sensación de que Londres se ha quedado parado, creo oír una exclamación a lo lejos y después un golpe fuerte. El reloj retumba.

Tardas demasiado, Noah. Esto está demasiado alto, siento como la ciudad me observa. ¿Qué ocurre en el mundo? Hasta ahora no había tenido problemas con nadie y ahora mi vista está fija en el segundero del gran reloj. El corazón me late, rápido.

No tengo miedo a caer y morir. Tengo miedo de caer y que tú no me cojas.

¿Cuánto tiempo necesitas para librarte de ella? No puedo más, Noah. Ya no siento las manos, el movimiento del reloj continua y de nuevo la manecilla baja, no puedo controlar mi mano, se suelta y mi cuerpo pasa a sostenerse sobre un único punto de apoyo

Mis dedos se abren y siento el aire en mi espalda, estoy cayendo. Cierro los ojos. Noah, confío, intento confiar en que no dejarás que caiga.

Noto un gran dolor en mi hombro y abro los ojos. Te veo asomado a la pequeña puertecilla de mantenimiento, sonríes y tu otra mano me toma por el otro hombro y me elevas como si a penas pesara lo mismo que una pluma. Me aprieto contra tu pecho, dentro de la torre huele a sangre, quiero mirar pero me lo impides, tu mano enguantada me acaricia el rostro firmemente evitando que mueva la cabeza o siquiera los ojos.

“No, joven ama, puede ser demasiado para su mente”

No puedo evitar que las lágrimas caigan de mis ojos, he temido por unos momentos que me dejaras caer al vacío. Me duele el hombro pero eso es lo que menos me importa. Me dejas lentamente en el suelo y te agachas hasta quedar a mi altura.

“Cierre los ojos y respire hondo, debe calmarse”

No puedo protestar, aún me tiembla el cuerpo y tu mirada de león hambriento no me tranquiliza. Sin embargo, te hago caso, es extraño pero te obedezco. Me siento cansada como si toda mi fuerza se hubiese desvanecido.

Te oigo mientras te mueves. ¿Estás limpiando la torre? La sangre dejará de fluir y el cuerpo desaparecerá y yo aún seguiré preguntándome el porqué de haber llegado a esta situación.

Ella apareció de la nada, y poco recuerdo hasta que Noah, apareciste. No se quien era ni que quería pero tengo miedo. ¿Qué estaba pasando que no querías contarme?

Oigo tus pasos mientras se acercan y noto como me coges por segunda vez aquella noche.

“Me duele el hombro”

No se muy bien porqué pero siento la necesidad de contártelo, de decirte lo que siento en ese momento. Impotencia y rabia de no poder hacer nada sin ti.

“Debí dislocárselo al cogerla mientras caía, joven ama, discúlpeme”

¿Disculparte? Me has salvado, Noah. Como siempre has solucionado la situación aunque tarde, has terminado bien el trabajo mandado.

“La llevaré a un hospital en seguida”

No quiero separarme de tu frialdad, Noah.

“No, estoy bien, solo fue el susto”

Sabes que no es así pero solo me sonríes mientras bajamos las escaleras, sabemos que lo acontecido nos causará incomodidades frente a la reina. ¿Qué hacía en la torre del reloj? Si bien mi familia se había encargado de su funcionamiento durante generaciones no tenía un motivo evidente para encontrarme allí.

No te preocupa, no sé si ya tienes pensado algo, no me importa tampoco. Tengo sueño, Noah pero no quiero dormir.

“La joven ama debería cuidar más su salud”

Niego, al final serás tú quien se encargue de mi dolorido hombro y lo sabes, lo sabes muy bien. Cuando salimos de la torre un carruaje de Scotland Yard para justo delante de la puerta y tu sigues. Sin mirarlos.

Murmuran algo pero no alcanzo a oírlos bien pero tu si los oyes y sin dar media vuelta paras.

“La joven que colgaba de la torre del reloj se encuentra en perfecto estado de salud, yo mismo evité que cayera, no tienen mucho que hacer aquí”

Lo dices de forma burlesca, son unos incompetentes y ambos lo sabemos. Y ambos sabemos que esa afirmación nos traerá a algún insecto a husmear en la situación. Lo sabemos.

Continúas caminando como si no pasase nada, volveremos a casa así. Yo en tus brazos y tu mirándome de reojo, comprobando mi estado en todo momento.

“¿Está segura de que no quiere que la vea un médico, mi señora?”

Yo simplemente sonrío y me acurruco en tu frío pecho.

“Con tus cuidados me bastan, Noah…”

1 comentario:

  1. capitulo extraño, estuvo todo bueno pero confuso del porque paso todo eso
    pero en fin, es lo que menos importa al final del capi

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