Entras, la puerta esta abierta y no reparas en ello. No te preocupa que me escape, podría hacerlo pero no lo voy a hacer. Me gusta tu voz y tus ojos lilas, me gustan los puntitos rojos de tu frente, me gusta tu mirada tranquila. Me gusta estar contigo, doctor.
La silla incómoda cruje en el suelo y necesito tapar mis oídos, esos ruidos dan miedo, no lo vuelvas a hacer ¿Si? Doctor... Te sientas con calma y me sonríes, siempre me sonríes. ¿Es hora de esas pastillitas de colores?
-Kyoki- Me llamas y tu voz suena realmente melosa.- Vamos a hacer un test ¿Si?
¿Unas preguntas? ¿Más? ¿Te gusta jugar a esto? Puede que sí, tu sonrisa no se borra y yo me tiendo en la cama, se está tan cómodo...
-Vale.- No me gusta mi voz, suena como un pequeño pito roto.
Otra vez las manchas, son uniformes y parecen pequeños extraterrestres a punto de invadir la tierra, claro que solo de forma general. Todos son diferentes.
-¿Qué ves?-Me preguntas, te estoy mirando a ti doctor, ¿Acaso no ves?.
Miro fijamente la mancha, es violenta y el negro de la tinta con la luz parece rojo. ¿No es solo eso? ¿Una mancha?
-Una mancha de tinta negra sobre un folio en blanco, doctor.-
Sonríes amargamente. ¿No te ha complacido mi respuesta? Si siempre es la misma...
-Kyoki, puedes llamarme Mü.-Dejas los folios en la mesa cercana y suspiras.- Si esto saliese bien podrías irte a casa.
Gruño y me levanto bruscamente, te miro con rabia y odio. Doctor me decepcionaste.
-Yo no quiero irme a casa.-Río, me siento enloquecer.- No tengo casa, no quiero tener casa.
-Yo no quiero irme a casa.-Río, me siento enloquecer.- No tengo casa, no quiero tener casa.
Grito, chillo, pataleo. Doctor, te levantas rápido, pareces asustado. ¿Doy miedo? ¿Te doy miedo? Ahora eres tú el que corre, pulsaste un botoncito rojo. Las enfermeras llegarán en un momento pero yo me agarro a ti, siento rabia, porque usted doctor, tampoco me quiere y quiere librarse de mi.
-Quiere que me vaya y librarse de mi.-Digo y lloro, amargamente.-Quiere que vuelva al infierno.
Metes la mano en el bolsillo, doctor pero no me doy cuenta, te agachas y me rodeas. Las enfermeras se acercan a la puerta y tu les haces un gesto. Tramas algo, lo sé.
-No, No, No.-Tres negaciones y tu cabeza también hace el gesto.-Quiero que seas feliz y que estés bien.
Eso no me calma, lo sabes, sabes que te he arañado el rostro pero no haces nada. ¡Quiero que me sueltes! Me estás mintiendo. Grito de nuevo. Siento un pinchazo y de pronto tranquilidad. Tengo sueño. Olvido que ha hecho que me sienta tan agitada y cierro los ojos. Un par de gotas carmesí cae de su mejilla, doctor. Oh...¿Le he echo daño? Ya no volverá a visitarme....¿Verdad?
por un momento iba a preguntarte de que iba
ResponderEliminara media lectura lo recorde
mi opinion del cap te la dire en msn~