Sus ojos rojos me inquietan, fijamente, inexpresivos como los tuyos Noah. Tu mirada me devora lentamente y siento mis mejillas arder.
“Si no le importa me gustaría saliera de la sala, Conde”
Es lógico, aunque sea un niño no deja de ser un hombre. Esta situación me incomoda.
“¿Por qué? ¿Acaso tiene algo que ocultar?”
Mi cara se torna aún más roja y desvío la mirada. El símbolo que se dibuja en mi pecho es una buena excusa para ocultar algo.
“No…sólo me incomoda su presencia”
Se miran, complicidad. Su mayordomo sonríe, malicioso, falso. Exactamente como lo sueles hacer tú Noah.
“Mi joven amo, entiendo cómo se siente la señorita, es lógico cuando debe quitarse el vestido”
La ira de Noah parece palparse en el aire. ¿Una rivalidad con otro demonio?
“Entiendo”
Veo cómo se levanta y tuerzo la boca. No me hace gracia quedarme sola con un criado ajeno a la casa.
“Noah, acompaña al Conde a la sala de juegos”
Gruñes sé que quieres protestar pero no lo haces. ¿Tienes planes para el Conde? Bueno…no tengo voz ni voto en esa decisión.
“Cómo diga, mi señora”
Ambos salen lentamente. No soy de tu propiedad Noah, no hace falta que te pongas así. Miro a Sebastián que me sonríe tranquilizador. No, no me tranquiliza.
“Cómo comprenderá normalmente no se me permitiría ver su piel y mucho menos tocarla, pero este es un caso especial”*
Da una vuelta a mí alrededor y se queda detrás, noto como tira de las cuerdas que ajustan el vestido y se aflojan. Cae. Me siento al descubierto. Llevo mi mano izquierda a mi pecho en un acto reflejo. Cubriendo la estrella de trece puntas.
“Permítame”
Retira el pañuelo que sujeta mi brazo y siento dolor pero al hacer la mueca desvío la cara. Noto sus manos sobre mi espalda y me estremezco. ¿Se ha quitado los guantes?
“Está frío…”
No las aparta. Siento escalofríos. Es la misma sensación que cuando Noah me toca con las manos descubiertas. No puedo decir que la odie.
“Me disculpo por eso”
Sus manos suben hasta mis hombros en una caricia. Están suaves. Tengo una extraña sensación, pese a la frialdad de su piel siento calor.
“Esta muy delgada, señorita, se le notan demasiado los huesos. ¿No la alimentan bien?”
Dice burlesco. Es como una mala imitación de Noah. Me giro pero el aparece delante de mi. Es muy rápido. ¿Puede ser tan rápido como Noah? Me toma de la mano derecha y yo suelto un quejido. El sonríe de nuevo, maliciosamente.
“Sea más suave”
Mi voz se torna firme, autoritaria. Por casualidad veo el símbolo de su contrato y me concentro en la estrella. ¿No se molesta en ocultarla? Sabe qué es lo que estoy mirando y un crujido me hace despertar. Grito. Duele. Mi mano izquierda intenta aliviar el dolor pero él me toma de esta también. Me siento como un ratón en manos de un gato.
“Por favor no mire cosas banales, señorita”
Sé a lo que se refiere, pero prefiero hacerme la loca.
“No entiendo a lo que se refiere”
Me mira y me sonríe. Sigue sin soltarme y se acerca, peligrosamente. Me sonrojo de nuevo.
“Sabe a lo que me refiero, pero no le sorprende puesto que ya lo sabía. ¿No es así, Srta. Sylvester?”
Trago saliva, la distancia es demasiado corta y mi corazón bombea fuertemente la sangre. Quiero que se aleje pero tengo una extraña sensación de que no quiero que me suelte nunca. ¡Despierta! Es un demonio ¿Recuerdas?
“Suéltame. Ya comprobaste si era cierto”
En realidad no, no quiero que me suelte. Quiero algo más pero no alcanzo a comprender el qué. Sus manos bajan y toman la tela del arrugado vestido negro que yace bajo mis pies. Lo eleva y me ayuda a ponérmelo. Al igual que con delicadeza me coloca el pañuelo anudado tras la nuca.
“No entiendo como alguien como usted hizo un pacto con un demonio como Noah”
Me susurra al oído, y yo me estremezco de nuevo. ¿Qué quiere decir?
“Eso no te incumbe”
Sonríe y se aleja, se inclina en señal de un supuesto respeto que no muestra ante mí.
“Iré a buscar a mi amo, y nos marcharemos. Gracias por su colaboración en nombre de la reina”
Sola, me encuentro sola en esta habitación sin poder quitarme de la cabeza los ojos rojos del demonio. Una copia barata de Noah. Me dije.
“Sólo una copia barata…”
sebastian esta muy despreciado, tanto en tu fic como en el que escribimos en msn xD
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