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Bienvenidos a mi blog de literatura. Todos los personajes de los respectivos fanfics pertenecen a sus respectivos autores y yo solo los tomo prestados, a excepción de los originales creados por mi. Espero disfruten leyéndolo tanto como yo lo estoy haciendo cuando lo escribo. Por favor, no se olviden de comentar las entradas! Gracias!

jueves, 17 de febrero de 2011

Capitulo 11: Post-Trauma

Le observo fijamente mientras entra, parece que su presencia llene toda la estancia. Inclino la cabeza ligeramente mientras se acerca. Siento cómo me examina con la mirada. Pareces decepcionado. ¿Piensas que estoy involucrada en esos horribles crímenes? ¿Cómo osa siquiera pensar eso, Conde Phantomhive?

“He preparado la sala de té para que los señores puedan platicar sin molestias”

Sonríe, yo asiento mientras miro a mi mayordomo, fijamente. Una visita, sabes que no me apetece, no quiero tener esta conversación. ¿Pero que puedes hacer? Nada.

“Por favor, acompáñenme”

Yo camino, en silencio, aún tengo miedo pero no quiero mostrárselo y menos a él, Noah, lo sabes. La estancia está caliente, no soporto el frío y está lloviendo fuertemente. Hoy hace frío.

Mi brazo reposa sobre el pañuelo negro, colgando, inmóvil. ¿Qué debería contestar a sus preguntas? Me siento en la mullida silla y le observo. Su figura infantil se sienta en frente y me mira fijamente.

“Supongo que sabes a qué he venido, Srta. Sylvester”

Suena educado mientras su gran ojo azul me mira de arriba abajo. ¿Qué es lo que piensa, Conde? ¿Tanta pinta de criminal tengo?

“Supone bien, Conde”

Qué absurda suena mi voz, tan chillona y mecánica, como la de un mal actor que recita, monótonamente, su papel.

“¿Qué hacía en el Big Ben?”

No me miras. ¿Tienes miedo de lo que pueda contestarte? ¿Tan parecidos nos ves? ¿Qué quiere que le conteste?

“No lo sé”

Te muestras indiferente, parece que esperabas esa respuesta. Miro el inexistente contenido de mi taza de té, distrayéndome.

“¿Cómo llegaste allí?”

Preguntas, yo te miro sorprendida, no recuerdo bien ese pequeño periodo de tiempo. Qué absurdo ¿No crees?

“No lo sé”

Silencio, parece que el té está listo, Noah se acerca con al carrito y las ruedas chirrían. Es molesto.

“¿Sabes algo?”

Empiezas a molestarte. ¿Qué quiere que le haga al respecto? ¿Quiere que me lo invente?

“Sólo sé que no sé nada, señor”

Frustración, si, diría que tu expresión es frustración en estado puro. ¿ Piensa que le estoy vacilando?

“Así no facilita las cosas”

Noah me sirve el té, caliente y por primera ver me siento inútil. Mi brazo derecho está totalmente inutilizado y mi brazo izquierdo ya es inútil de por si. Soy diestra.

“A mí tambien me gustaría saber que ocurrió, Conde”

Te veo tomar la taza entre tus finos dedos y Noah deja el carro a un lado.

“¿Quiere la señora que la ayude?”

Simplemente asiento con la cabeza, sé lo que estás pensando, Noah. Internamente te estás burlando de mi. Tomas la taza con delicadeza y la acercas a mis labios, yo bebo. Sabe extrañamente amargo.

“¿Quiere decir que no recuerda nada de lo ocurrido?”

¡Bingo! O tal ve no quiero recordar aquella situación tan horrible. Mi lengua recorre mis labios saboreando los restos del té. Me decanto por la segunda opción.

“Permítame que conteste a eso, mi señora”

Dices, Noah. ¿Estás jugando? Antes de poder contestar ya tengo un pedazo de bizcocho de frutos rojos en la boca. Mi favorito.

“La experiencia fue traumática para mi joven ama y por consiguiente parece que su cerebro lo bloqueó”

Tuerce la boca joven Conde. ¿Qué es lo que se le pasa por la cabeza?

“Ya veo…”

Deja la taza sobre el pequeño platillo

“¿Qué es lo que le ocurre en el hombro, Grace?”

Llevo mi mano izquierda hasta la “herida”, como un acto reflejo.

“Parece ser que me disloqué un hombro al caer”

Miras a tu mayordomo y él se acerca. ¿Cuánto tiempo lleva ahí?

“No le importará que Sebastián eche un vistazo a esa información ¿Verdad?”

Por un momento me quedo estática, completamente. Veo a Noah ponerse de pie, delante de mí. Defensivo.

“Siento mucho decirle, Conde Phantomhive, que eso no va a ser posible. Pero puedo asegurarle que el hombro de mi ama está dislocado puesto que yo mismo se lo saqué de su sitio al agarrarla para que no cayera”

Menudo monólogo te has montado en un momento, Noah. No te preocupa que me examine, te preocupa que otro demonio toque tu cena. ¿Verdad?

“¿Eso quiere decir que esta mintiendo sobre su memoria también, Srta. Sylvester?”

Trago saliva. Esto se pone feo.

“Noah, retírate”

Me miras pero yo solo hago un gesto con la cabeza y te apartas.

“Puede dar todos los vistazos que quiera, Conde…”

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