Capitulo 1: Pensamientos en Blanco
Tristeza, desastre y rosas, sobre todo eso, rosas. Marcadas en mi piel como la cicatriz que deja una colilla encendida, es el veneno que me marca el destino.
Desperté aquella mañana, y me encontraba como siempre, sola, tenía frío y una tristeza profunda inundaba mi pálido corazón.
Las paredes blancas, como la nieve que jamás he llegado a tocar, la ventana cerrada herméticamente, y sola. Reconcomiendome en mi absurda soledad.
¿Qué hago aquí? Me pregunto a veces pero nunca hallo respuesta. ¿Qué ocurre?, simplemente permanecía allí, unas veces quería a todos y cada uno de los seres vivos, otras los odiaba con toda mi alma y mi corazón.
Llegué a la conclusión de que mi alma se pudría poco a poco y nada hacía que ese extraño frío me abandonase. Aquél sitio ya era frío de por sí.
A veces me dolían las manos, otras veces la espalda pero las pantallas nunca se volvían negras, permanecían blancas y sobrias, aburridas.
Reconozco cada voz que entra en la habitación, algunas me son indiferentes, otras me alegra oirlas pero hay voces que me dan miedo, gritan y se ríen y le veo otra vez sobre mi figura agazapada.
Tal vez por eso estoy ahí, tal vez porque me reí mientras veía su sangre caer sobre el suelo, no era una psicópata pero no me arrepiento, ¿Nadie entiende el sufrimiento?
Hay alguien que si, lo veo todos los días, entra en mi habitación y su voz me gusta, me habla, me hace reir y me promete dejarme salir al jardín pronto, a correr y a ser libre. Volver a casa.
Pero yo no quiero volver a casa, no tengo hogar ni familia que me quiera abrazar cuando salga de aqui, estoy bien donde estoy, solo quiero ir al jardín un rato. ¿Por qué no puedo?
He matado, pero ya no soportaba más tiempo ese dolor infinito, pero eso no lo entienden, soy una extraña. Me miran y procuran no acercarse, no muerdo, estoy domesticada.
Cada día espero que venga a verme, con su bonita bata pintada de colores, que me hable. Pero hoy no viene. ¿Por qué?
Está enfermo, se ha puesto enfermo y no ha venido, pero lo entiendo, si no se pone bueno no podrá visitarme otra vez. Miro el exterior por la ventana y mis pies tocan el suelo.
Es tan aburrida la vida en este lugar, no hay nada que hacer más que mirar el infinito y escuchar los culebrones de los pasillos.
Pero algún día saldré, solo estoy aquí porque maté a alguien que me hacía sufrir, solo me quedaré un par de semanas más en este manicomio, de momento, eso es lo que dicen siempre...
algo me falto por decir, pero no se que es D:
ResponderEliminar¡Qué bien escribis!
ResponderEliminar